España es el país avanzado en el que los menores dedican más tiempo a navegar por las redes sociales.
El segundo martes de febrero se celebra el Día Internacional de Internet más Seguro, una jornada dedicada a promover un uso responsable de la red, especialmente entre niños y adolescentes. En España, el país avanzado donde los menores pasan más tiempo en redes sociales, el uso de dispositivos móviles y tablets se ha convertido en una actividad cotidiana. Se estima que los niños y adolescentes de entre 4 y 18 años dedican una media de cuatro horas diarias a navegar fuera del entorno escolar. Además, a pesar de que la edad mínima legal para tener un perfil en redes sociales en España está fijada en 14 años, casi siete de cada diez menores de entre 10 y 12 años reconoce tener una cuenta activa.
Efectos del uso excesivo de las redes en el cerebro
El impacto del uso excesivo de las redes sociales en la salud cerebral ha sido objeto de numerosos estudios. Según el Dr. David Ezpeleta, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y responsable del Área de Neurotecnología e Inteligencia Artificial, el consumo intensivo de vídeos cortos en estas plataformas tiene efectos adversos sobre diversas funciones cognitivas.
«Son numerosos los estudios que han señalado los diversos efectos negativos que tienen los contenidos de las redes sociales para la salud cerebral en todo tipo de población, destacando que el exceso de visionado de videos cortos en redes sociales reduce la capacidad de concentración, la memoria, la toma de decisiones y la creatividad, además de incidir de forma negativa en la capacidad de retención y aprendizaje», señala el Dr. Ezpeleta.
Asimismo, el especialista advierte sobre los efectos del uso excesivo de redes sociales en el neurodesarrollo infantil y adolescente. «Otros estudios, más centrados en sus efectos en niños y adolescentes, incluso han observado cambios en el neurodesarrollo de regiones y redes cerebrales relacionadas con los afectos, la motivación o en el sistema de recompensa cerebral, e incluso pérdida de sustancia blanca en las áreas que sustentan el lenguaje y la alfabetización emergente. Todos estos datos son realmente muy preocupantes».

Impacto en la salud mental de niños y adolescentes
Además de los efectos neurológicos, el uso de redes sociales también ha sido vinculado con problemas de salud mental, especialmente en menores. Según el Dr. Jesús Porta-Etessam, presidente de la Sociedad Española de Neurología, estas plataformas pueden influir negativamente en la percepción de la imagen corporal y aumentar la incidencia de trastornos emocionales en los jóvenes.
«Pero, además, las redes sociales también pueden influir negativamente en la salud mental de los usuarios, algo que se ha visto sobre todo en la autopercepción de la imagen corporal de muchos niños adolescentes y en el aumento de las tasas de depresión e incluso de conducta suicida (ideación e intento) en jóvenes», explica el Dr. Porta-Etessam.
Los datos de la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) refuerzan esta preocupación. En la última década, los problemas de salud mental en niños y adolescentes han crecido de manera significativa, en paralelo al aumento de la presión social por mantener una presencia digital. «Los últimos informes de la Fundación ANAR destacan, sobre todo, que en los últimos 12 años se han multiplicado por 35 las conductas suicidas, pero también las autolesiones, la ansiedad, la tristeza, la depresión o los trastornos de la alimentación».
El fenómeno «brain rot» y la adicción a los contenidos digitales
A finales de 2024, la Universidad de Oxford seleccionó el término «brain rot» (traducido como podredumbre cerebral) como la palabra del año. El concepto hace referencia al deterioro del estado mental o intelectual provocado por el consumo excesivo de información trivial en redes sociales. La elección de esta palabra refleja una tendencia creciente entre los jóvenes, quienes han empezado a verbalizar cómo el uso incontrolado de contenidos digitales puede generar fatiga mental y pérdida de concentración.
La universidad británica destacó la adicción a los contenidos digitales como una de las principales preocupaciones en el ámbito de la salud mental. «La Universidad de Oxford la consideró como la expresión del año por la creciente popularización que está adquiriendo a modo de confesión, principalmente por parte de las generaciones más jóvenes, de la enorme cantidad de contenidos superfluos que consumimos diariamente en las redes sociales y que además puede crear adicción: cuando el cerebro está sometido a estímulos repetidos que liberan pulsos de dopamina, percibe una sensación de bienestar y se activa el mismo circuito de recompensa cerebral que se pone en marcha en otros comportamientos adictivos como el de las drogas o el juego».
Regulación del uso de redes sociales en menores
Ante el creciente impacto de las redes sociales en la infancia y adolescencia, algunos países han comenzado a regular el tiempo de uso y el acceso a estas plataformas. China ha implementado restricciones en el tiempo de uso de dispositivos móviles para adolescentes, mientras que Australia ha aprobado una ley que prohíbe el acceso de los menores de 16 años a redes sociales.
En España, donde el 21% de los adolescentes es adicto a internet y casi un 10% reconoce acceder a sus redes sociales cada 15 minutos, se está evaluando la posibilidad de incrementar la edad mínima para acceder a estas plataformas. Actualmente, sigue siendo el país avanzado en el que los menores dedican más tiempo a navegar por las redes.
Recomendaciones para un uso saludable de la tecnología
Más allá de la legislación, los especialistas insisten en la necesidad de una reflexión personal sobre el uso de la tecnología. «Pero independientemente de la legislación, por nuestra salud mental y cerebral es importante que todos hagamos una reflexión sobre cómo usamos la tecnología y qué tipo de relación queremos tener con ella. Desde el punto de vista de la salud la clave siempre estará en el equilibrio, haciendo un uso sensato y comedido de las redes sociales, sin olvidar la importancia de tener amigos de carne y hueso, socializar físicamente con ellos, hacer deporte al aire libre, leer libros en papel, subrayar o escribir a mano, entre otras cuestiones», comenta el Dr. Ezpeleta.
Asimismo, el Dr. Porta-Etessam destaca el papel de los padres en la educación digital de sus hijos. «Y también es importante que los padres reflexionemos sobre la inconveniencia de utilizar nuestros móviles como un ‘chupete digital’ cuando se los dejamos a nuestros hijos, si debemos retrasar la compra de su primer smartphone, si nosotros damos buen ejemplo con su uso o si supervisamos y velamos porque ellos también estén haciendo un buen uso de las tecnologías».
En este contexto, la Sociedad Española de Neurología recuerda la importancia de adoptar hábitos digitales responsables. Entre sus recomendaciones destacan:
- Establecer un límite de tiempo diario para el uso de móviles y redes sociales.
- Priorizar contenidos educativos y creativos en entornos digitales.
- Fomentar el pensamiento crítico en niños y adolescentes sobre el consumo digital.
- Potenciar actividades no digitales, como la lectura, el ejercicio al aire libre y el contacto social en persona.
El Día Internacional de Internet más Seguro invita a reflexionar sobre el impacto de las redes sociales en la salud mental y la necesidad de adoptar medidas para un uso equilibrado de la tecnología en todas las edades.