Laura Nuez y Miriam de Echevarría
Antes de que llegase la cultura de Halloween desde Estados Unidos, nuestras tierras ya tenían sus propias costumbres para conmemorar el día de Todos los Santos cada 1 de noviembre. Una celebración que se remonta al siglo VIII cuando el papa Gregorio III consagró una capilla para rendir culto a los santos en el Vaticano. No fue hasta el siglo siguiente cuando el papa Gregorio IV unificó las conmemoraciones en un mismo día: el primero de noviembre. Desde entonces, en nuestro país es una jornada que consiste en honrar la memoria de nuestros seres queridos visitando los cementerios y adornando sus tumbas con flores y otros recuerdos.
A raíz de este hecho, muchos pueblos aragoneses cuentan con tradiciones antiguas que han ido pasando de generación en generación. Otras, en cambio, han ido adaptándose a nuevas formas de celebrar este día y han incorporado nuevas actividades. De forma general, los pueblos de Aragón mantienen la costumbre de velar a los difuntos con algún ritual como encender velas para alejar a las almas perdidas o colocarlas en calabazas autóctonas para guiarlas al más allá. También es común reunirse en compañía de familia y amigos para degustar dulces típicos como huesos de santo o buñuelos.
Hay algunas localidades que, con el paso del tiempo o por factores como la despoblación, han ido perdiendo estas costumbres y en los últimos años las han ido recuperando. Es el caso de Trasmoz, quizá una de las celebraciones más conocidas en la comunidad.
Trasmoz es el único pueblo maldito y excomulgado de España. Para conocer su historia tenemos que remontarnos al siglo XIII, cuando tuvo un conflicto con el Monasterio de Veruela, lo que provocó que Trasmoz fuera excomulgado, algo que dura hasta la actualidad. El pueblo siempre ha estado ligado a leyendas sobre brujas y sus aquelarres, hasta Gustavo Adolfo Bécquer escribió sobre ellas en Cartas desde mi celda. El poeta también escribió sobre la leyenda de “la tía Casca»,y sobre el origen del castillo del pueblo, levantado en una noche con ayuda de un nigromante.
Como hemos visto, el pasado de Trasmoz está rodeado de misterio y brujería. Desde hace años se celebra la tradición “La Luz de las Ánimas” que comienza con el vaciado y decoración de calabazas. Desde pequeños a mayores pueden participar en esta actividad para decorar el pueblo desde la iglesia al cementerio y en el encendido de velas. Desde la iglesia al cementerio se realiza la Procesión de las Ánimas, donde se reza por las almas de los difuntos y se canta el cántico recuperado de la tradición antigua. La noche termina con la Queimada y música, donde se pueden degustar dulces y licores típicos que aportan los vecinos del pueblo.
A tan solo 15 minutos en coche se encuentra Ambel, otro pueblo con una tradición muy curiosa. Una vez más se vacían las calabazas y se tallan en forma de calavera con una vela dentro. Las calabazas se colocan en las bodegas cercanas al cementerio y en las puertas de las casas para honrar a los difuntos. Mientras cae el atardecer comienza el Rosario de las Calabazas, donde los más pequeños tienen un papel protagonista. El Rosario sale rezando de la iglesia y se dirige hacia el cementerio que se encuentra a las afueras del pueblo. Durante esta procesión los niños y jóvenes aúllan simulando el sonido de las almas en pena para guiarlas en su camino hacia el cementerio.
OTRAS CITAS DE HALLOWEEN CERCA DE ZARAGOZA
Dadas por finalizadas las Fiestas del Pilar, Zaragoza y sus localidades más cercanas se preparan para la noche más aterradora del año. Entre disfraces y chuches, los ayuntamientos de la provincia de Zaragoza presentan sus propias actividades, muchas de ellas tradicionales.
Belchite celebra esta festividad con su Noche de Difuntos, donde se realizan visitas nocturnas para descubrir leyendas, secretos y misterios del Pueblo Viejo.
Para los amantes del misterio, La Muela celebra Halloween con su famoso pasaje del Terror y posterior fiesta de la noche de las Ánimas. Un pasaje que celebra su VIII edición y que sigue atrayendo a muchos curiosos.
Si lo que buscas es pasar un día terrorífico en familia, Calatayud es el sitio idóneo. Con una amplia variedad de actividades, podrás disfrutar de este mágico día lleno de celebraciones como hinchables, disfraces, cabalgata o discomóvil.
Con su terrorífico pasacalles, Utebo celebra su particular Halloween de la forma más divertida, con un pasacalles y posterior fiesta infantil.
Zuera es muy buena opción para los más pequeños, puesto que suelen organizar espectáculos infantiles y actuaciones musicales. Además, este año cuentan con la actuación de raspa de gato, una chocolatada y posterior discomóvil.
Ejea de los Caballeros también se une a esta festividad con una programación de los más aterradora. Se podrá disfrutar de cuentacuentos, talleres, así como de espectáculos musicales y actuaciones. Tendremos a Los Titiriteros de Binéfar con sus Diabluras.
Si buscas variedad de actividades, en Pedrola ofrecen varios días llenos de celebraciones “de miedo”. Habrá una fiesta infantil a las 17h en el Pabellón.
La Fantasmada de Caspe es sin duda un plan para pasar miedo. Los vecinos del pueblo y voluntarios representan escenas de terror por las calles. El precio es tan solo de 3€ y sirve como donativo para la propia organización de la actividad para el año que viene.
Alagón cuenta con una gran cantidad de actividades para todas las edades. Desde talleres y juegos terroríficos hasta cine infantil y juvenil. Las principales actividades se desarrollarán el día 31, podrás aventurarte en las “Casas Encantadas”, participar en un Escape Room con previa inscripción y acompañar al pasacalles familiar.
Tras este pequeño recorrido por algunas de las localidades más cercanas a Zaragoza y sus tradiciones, esperamos que disfrutéis de esta festividad en alguna de ellas, tanto los más mayores como los más pequeños.