Propuesta de medida necesarias para la vuelta al cole de la Asoc. Española de Pediatría.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha actualizado la propuesta de recomendaciones generales en relación a la “Apertura gradual de las áreas de educación infantojuvenil”, con el objetivo de “minimizar el riesgo de transmisión del virus en las escuelas y la contención de la
diseminación de la pandemia a partir de los escolares.

Este documento puede descargarse desde la web de la AEP, donde también está disponible el documento “Recomendaciones para la reincorporación de niños crónicos a la escuela ”, elaborado por las sociedades de especialidades pediátricas integradas en la AEP.

Ante la situación actual, los pediatras reiteran la importancia de que los centros educativos sean rigurosos a la hora de cumplir con las medidas de seguridad propuestas, al tiempo que los padres han de ser responsables a la hora de llevar a sus hijos a la escuela si estos presentan algún síntoma, por leve que sea.

Reconociendo la importancia de la experiencia vital asociada al modelo educacional tradicionalbasado en la asistencia a las aulas, es importante prever adecuadamente cómo y en qué condiciones debe producirse la vuelta a los colegios, y qué medidas son necesarias desde una visión de salud pública para garantizar la seguridad de los menores y minimizar el riesgo de transmisión”, asegura la doctora María José Mellado, presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP). “Es necesario considerar los costes sociales y económicos asociados con mantener las escuelas cerradas, que pueden fomentar un aumento en las desigualdades sociales”, explica.
Por su parte, el doctor Quique Bassat, coordinador del Grupo de Trabajo de la AEP para la Reapertura de la Escolarización, asegura que “la reincorporación presencial a los centros escolares se hace en cumplimiento del derecho que tienen los niños y los adolescentes al aprendizaje y a la socialización, como necesidades básicas para su desarrollo, contempladas por la Convención de los Derechos del Niño (CDN)”.

El documento también hace recomendaciones en relación al uso de mascarillas en la edad pediátrica. Así, la AEP establece que, en la medida de lo posible, “los niños mayores de 6 años, así como todos los adultos, deberán llevar mascarillas mientras estén en las aulas”, explica el doctor Bassat. La actividad física puede aumentar la excreción de virus por lo que, mientras se hace deporte en el colegio, o durante el recreo, los niños deberán también usar la mascarilla. “A pesar de que la transmisión del virus disminuye en el exterior, el uso de mascarillas durante las actividades deportivas es particularmente importante debido a las dificultades para mantener el distanciamiento recomendado de 2 metros mientras se practica el deporte o se juega en el patio”, matiza el experto.

Por otro lado, y conscientes de las dificultades que conlleva el uso de las mascarillas entre los más pequeños, es importante “intentar sembrar la cultura de la protección y que vayan aprendiendo a usarla sin forzar”, asegura el doctor Bassat.

Recomendaciones generales


Guarderías y Escuelas infantiles (3-6 años) son las áreas, a priori, que suponen un mayor riesgo de cara a un posible contagio o transmisión del coronavirus debido a la dificultad que presenta cumplir con las medidas de distanciamiento físico debido al estrecho contacto entre profesor y alumno. Este fue el motivo por el cual en su momento recomendamos que estos alumnos fueran los últimos en reincorporarse a las aulas. Sin embargo, el conocimiento acumulado sobre la transmisión desde un niño infectado, y el reconocimiento explícito de la importancia de que estos niños también puedan beneficiarse de la educación presencial, han hecho que modifiquemos las recomendaciones emitidas en mayo; y en la medida de lo posible, se recomienda que los niños
pequeños se incorporen a las escuelas infantiles desde el inicio -aunque con prudencia- al igual que los niños más mayores.

Entendemos el carácter educativo y valor pedagógico de la etapa de educación infantil; más all de un lugar de cuidado del niño mientras los padres trabajan y el lugar más deseable para recibir estímulos adecuados para el desarrollo psico-afectivo, cognitivo, motor, y para iniciar su socialización.

Las escuelas infantiles deberían limitar los grupos al menor número posible de menores por profesor y clase y que las actividades colectivas como patio, comedor o siesta sean independientes en cada grupo. Los profesores de escuelas infantiles deben disponer del adecuado equipo de protección en el contacto directo con cada niño, en las actividades de juego, estimulación, alimentación, cambio de pañales, etcétera.

En el caso de los niños escolarizados entre 3 y 6 años, se deben seguir recomendaciones muy similares a las de las guarderías (número de alumnos, comedores, juegos en patios…) ya que el riesgo de contagio sigue siendo elevado.
En este periodo que incluye los dos años de educación preescolar, no se recomienda el uso sistemático de mascarilla ya que es difícil que se pueda cumplir la normativa, pero se extremará el distanciamiento físico en lo posible, la ventilación de los espacios y sobre todo las normas higiénicas como el lavado frecuente de manos.

En la Educación Primaria (6-12 años) se recomienda flexibilizar el horario de entrada y salida a los colegios, reducir el tiempo presencial en la medida de lo posible, establecer, si fuese preciso, horarios por turnos y combinar períodos de actividad académica presencial con la no presencial. En el caso de estos niños se podrá incrementar el número de alumnos por aula pero con mayor vigilancia de las medidas de distanciamiento físico, higiene y de vigilancia de casos y diagnóstico-aislamiento-cuarentena.

El uso de mascarilla en estos alumnos de primaria puede ser ya implementado con mayor seguridad, en periodos de mayor riesgo, tanto en el interior de las aulas (sobre todo si no se puede garantizar la distancia de seguridad) como en los entornos de uso común de la escuela.

El uso de guantes sin embargo no está recomendado, ya que su uso continuo puede facilitar la transmisión.

En el caso de la Educación Secundaria (12-16 años) se ha demostrado que el nivel de riesgo de contagio es más alto a pesar de que el alumnado es capaz de aprender y ser responsable de las mediadas de distanciamiento, higiene y protección. Las medidas de prevención deben seguirse de forma muy escrupulosa, dado que los adolescentes pueden ya ser más proclives a una enfermedad más parecida a la de los adultos. La prevista mezcla de contenido
presencial con contenido online debe organizarse de forma adecuada para no incidir en las inequidades actuales en relación al nivel socioeconómico, sobre todo considerando la ya existente brecha digital.

El documento completo puede descargarse en pdf desde las web de la AEPED, aquí (25 páginas)

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