¿Os habéis fijado en la cantidad de píos y trinos que se oyen ahora desde las ventanas? Con el tráfico en mínimos los sonidos de la naturaleza se sienten más en plena ciudad.
Una buena actividad para seguir aprendiendo desde casa puede ser el intentar reconocer las aves que vemos. Además estamos ya en primavera y la actividad de los pajarillos es mayor.
Os traemos unos consejos de Venus Abad y Borja Duarte, de la escuela de aventura y naturaleza Pernatura para jugar a nombrar a las aves.
¿Cuántas de estas ves desde tu ventana?
Simplemente con asomarnos a la ventana se puede aprender mucho sobre la biodiversidad de las aves de tu entorno.


Desde el picaruelo macho del gorrión (Passer domesticus) con su corbata negra que revolotea de un lado a otro de la ventana buscando comida, como la picaraza (Pica pica) siempre vestida con su esmoquin negro y blanco, es tan inteligente que puede llegar a conocer cuando pasan los coches y dejar las nueces en la carretera para que al pisarlas con las ruedas se abran.


Si afinamos bien el oído podemos oír el “chi-chipán” del carbonero (Parus major), lo podemos ver revolotear por las ramas de los arboles con su pecho amarillo, su cara negra y blanca y su espalda verdosa.


No confundir con su primo pequeño el herrerillo (Cyanistes caeruleus) también con el pecho amarillo pero su dorso azulado y su cara blanca.


Otro pájaro muy cantarin es el estornino (Sturnus vulgaris) nos puede confundir con su gran capacidad de imitar el canto de otras aves, pero si lo llegamos a ver, no nos confundiremos porque lo veremos todo vestido de negro con su pico puntiagudo y amarillo.


Ya caída la noche, con los ojos cerrados podemos escuchar al autillo (Otus scops) con un sonido mecánico, espaciado a tres segundos, el ave nocturna más pequeña de la península ibérica.


Texto de Borja Duarte y Venus Abad (Pernatura). Fotos de Borja Duarte.
Y ahora que los conoces, ¿quieres aprender a hacerles un comedero? Puedes colocarlo en la ventana o en el balcón.