Ahora que estamos ya en otoño os vamos a contar una excursión muy sencillita y muy bonita que transcurre casi toda entre bosque. Esta es una época ideal para hacerla pues veremos las distintas tonalidades de hojas antes de que caigan con el invierno y la nieve.
Las fotos son de este verano, pero es una ruta que se puede hacer hasta en invierno. Ideal para ir con los peques.
Está en la localidad oscense de Panticosa, en el Valle de Tena en pleno Pirineo Aragonés. Desde Zaragoza en coche son más o menos 1 hora y 40 minutos de viaje, gran parte por autovía. La ruta más habitual es por el Monrepós hasta Sabiñánigo y de ahí cogemos el desvío a Biescas. Antes de llegar a Formigal tenemos otro desvío que va a Panticosa y el Balneario.
Panticosa es uno de los pueblos más visitados en el Valle de Tena, un valle entre macizos de gran altura y de extraordinaria belleza. Panticosa además es estación de esquí y un lugar muy turístico tanto en verano como en temporada de nieve. En la excursión que os contamos hoy podremos ver una vista impresionante del perfil de la sierra de la Partacua muy conociada por el nombre de una de sus peñas: la Telera. Una vista inconfundible desde esta zona del valle.
El recorrido es circular y tiene una longitud total de 5,3 km. Nos costará (dependiendo de los peques, que ya sabemos que o nos dejan atrás rápido o se van entreteniendo con todo) unas 2 horas y media ida y vuelta. Lo mejor es que casi todo el camino discurre por sombra así que es una ruta muy agradable para el verano. El desnivel no es muy pronunciado (en total unos 400 metros) y la senda es, en su mayor parte, piso blando y sin piedras.
Para comenzar la excursión salimos desde Panticosa, el camino comienza en una pista en la carretera que va de Panticosa al Balneario. Se puede subir un tramo en coche pero lo mejor es dejarlo aparcado en los parking del pueblo o a pie de la pista.
Si comenzamos desde el centro del pueblo tendremos que coger la calle del Bachato (más o menos comienza a la altura de la panadería) No os asustéis, esta calle es muy empinada y cuesta arrancar, el resto del camino no lo es tanto. Al final acabamos en la nombrada carretera del Balneario. Cogemos la pista y comenzamos a caminar
Es un buen momento para que los peques vayan conociendo la vida que crece en el camino y sus bordes. Podremos ver setas si nos fijamos (ojo no tocar si no sabemos identificarlas), avellanos, boj, acebos, robles… e incluso fresas silvestres (primavera, principio de verano)
Durante la subida veremos otro desvío que nos llevará a la variante circular. Podemos elegir qué camino tomar, ambos nos llevan al mismo sitio. En nuestro caso subimos por As Charlas y la vuelta la hicimos por el camino Arrafal. Pero se puede hacer al contrario.
Si nos hemos quedado con ganas de andar más, antes de coger el camino de vuelta podemos tomar el desvío que asciende a la Punta A Cucuraza. Una hora más de camino y accedemos a otro mirador más alto, a casi mil ochocientos metros. Si vamos con peques muy peques igual ya es demasiado 🙂
Desde aquí las vistas ya son preciosas, vemos el pueblo de Panticosa y enfrente las pistas de esquí.
^Panorámica desde el mirador^
Una vez hechas las fotos, tomado el aperitivo y descansando un rato seguimos por el lado contrario a donde hemos venido (salvo que queramos bajar por el mismo camino) y tomamos el segundo trayecto que nos llevará hacia abajo, al punto de partida.
El camino es similar en cuanto a vegetación y desnivel y se hace muy ameno.
La bajada se hace más corta aunque las rodillas sufren más. En poco rato llegamos a la pista y de allí al pueblo a tomar un vermú, por ejemplo.
En Panticosa tenemos otros miradores con acceso aún más fácil y rápido. O Calvé y el mirador de Santa María. Son excursiones muy cortitas de unos 20 minutos que si pasamos el día completo allí podemos incluso dejar para la tarde. Están indicadas en el pueblo.
Esta es una zona que conozco muy bien pues llevo yendo de vacaciones a Panticosa desde que tenía unos 3 años, así que prometo más fichas con ideas para explorar este precioso valle que ofrece muchas oportunidades de ocio y turismo familiar.
Y ya para finalizar, recomendaciones siempre que salgamos al monte: ropa adecuada (gorra para el sol o gorro en invierno), calzado adecuado, bastones opcionales (siempre son una ayuda, sobre todo en las bajadas), agua, crema solar, chubasquero y ropa de abrigo (aunque sea verano, en la montaña nunca está de más, nunca se sabe).
Y adisfrutar.