[Excursiones en familia] Un río, un parque y un monasterio que nos dejarán de piedra

N.H.C.

¿Escapada de naturaleza o para visitar patrimonio cultural? Sea cual sea la respuesta que gana en tu familia, hay un lugar perfecto para contentar a todos: el Monasterio de Piedra y su parque natural. Además, con los colores del otoño ganando terreno y la cantidad de agua embalsada que los refleja, éstas son las semanas perfectas para escaparse hasta Nuévalos, a poco más de hora y cuarto de Zaragoza. Por cierto, no vamos a estar solos… Este lugar es el segundo más visitado de Aragón tras la Basílica del Pilar; hasta 320.000 personas pasaron en 2019, antes de la pandemia y 110.000 solo el verano pasado.

Empezamos por el principio: el nombre de Piedra, el del río que llena de cataratas y lagos el parque natural, y que buscaron los monjes para asentar un monasterio que también lleva su apelativo. Esa “piedra” ha moldeado las rutas y los cañones de la zona, que incluyen muchas rutas por si nos quedamos con más ganas de pasear. Su nombre viene de su composición que parece “petrificar” la vegetación por la que pasa. Más curiosidades que comentar a nuestros pequeños: es uno de los ríos más cortos de España y desemboca a pocos kilómetros, en Ateca, en el río Jalón… Por si queremos completar nuestra visita.

A nosotros, también nos dejará de piedra este río y todo lo que crea en el Parque Natural que tiene tres grandes atractivos: la cascada Cola de Caballo, la Gruta Iris, y el Lago del Espejo. El primero de ellos es una caída de 50 metros de agua, del que, además, podemos disfrutar por dentro, en la Gruta Iris que nos da una visión privilegiada e impresionante de la cascada desde el interior de una cueva.

Importante: calzado que no resbale y chubasquero, porque el agua cae con tanta fuerza que nos va a mojar. También podemos llevar algo para proteger las cámaras de foto o los móviles.

El tercero de los atractivos es mucho más relajado: un lago con agua cristalina y serena que refleja todo lo que le rodea. Y ahora, está lleno de colorido. A todo ello se accede por caminos señalizados, bosques, más cascadas y cataratas, cuevas con estalactitas y estalagmitas, y muchas muchas escaleras. Además, encontraremos paneles con la flora y la fauna del parque, que también merecen una parada.

Salimos del parque, que podemos visitar en unas tres horas tranquilamente, y nos adentramos en uno de los monasterios cistercienses de nuestra comunidad, como Veruela o Rueda. Aunque tiene su origen en otro de la vecina Cataluña: Poblet a cuyos monjes donaron Alfonso II de Aragón y su esposa, Sancha de Castilla, el Castillo de Piedra para fundar allí un monasterio. Aunque no se fundó allí si no en donde ahora nos encontramos, la cuarta ubicación prevista. Como todo el Císter, el monasterio es un oasis de paz marcado por la luz y la sencillez. Y la piedra, cómo no. Se mantiene el precioso claustro y algunas de las salas habituales, la capitular, el refectorio o la cocina, que nos pueden venir bien para explicar cómo era la vida monacal. Además, hay curiosidades como la alcoba, construida de tal manera que mantenía el calor.

Lo que no encontraremos en su estado original es la iglesia, en ruinas tras años de abandono y tres desamortizaciones. Se puede visitar y nos sirve para ser consciente de la importancia de la conservación del patrimonio. Además de la Desamortización de Mendizábal, el monasterio ha sido escenario de otros momentos históricos como la Guerra de la Independencia o el Trienio Liberal, que nos pueden servir para repasar la asignatura de Historia. Parte de la edificación ahora es un hotel con spa, que puede ser una opción si queremos o podemos hacer noche en la zona.

Y sumamos atractivos: en el Monasterio de Piedra se elaboró el primer chocolate a la taza de Europa, en el siglo XVI y gracias a una receta llegada de América por Hernán Cortes. La zona ha tenido tradición chocolatera y ha contado con grandes fábricas. Más: en el recinto monacal podemos ver una pequeña muestra de la DOP de Vino de Calatayud que nos abre la puerta a visitar bodegas.

Además, en el parque, hay una exposición y exhibición de vuelo de rapaces. Y si queremos alargar nuestra experiencia, podemos leer el libro de Paulo Coelho “A orillas del río Piedra me senté y lloré” una novela de amor que tiene nuestra escapada como escenario. ¿Quién da más?

Datos prácticos:

El Monasterio está en Nuévalos. Contacto en el 976 870 700

Tarifas: 16.50 adulto, 11.50€ niños de 4 a 11 años. Senior, más de 65, 11.50€. Estas entradas incluyen el parque y el monasterio cisterciense con la expo La Hisotria del Chocolate.

Se pueden comprar online en la web del Monasterio de Piedra

Horarios Otoño/Invierno:

Parque:  De 09:00 a 20:30. Último acceso a las 19:00H

A partir del 19 de septiembre, de 09:00 a 19:30. Último acceso a las 18:30h

A partir del 17 de octubre, de 09:00H a 18:30h. Último acceso a las 17:00h

A partir del 7 de noviembre, de 09:00H a 18:00h. Último acceso a las 16:30h

Monasterio: De 10:00H a 20:00h. Último acceso a las 19:30h

A partir del 19 de septiembre, de 10:00H a 19:30h. Último acceso a las 19:00h

A partir del 17 de octubre, de 10:00H a 19:00h. Último acceso a las 18:30h

A partir del 7 de noviembre, de 10:00H a 18:00h. Último acceso a las 17:30h

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